Influye en nuestras emociones y en muchos casos actúa como una medicina necesaria para aliviar nuestras dolencias.
Me acuerdo perfectamente de la frase que utilizaba mi amiga para referirse al primer hombre con el que tuvo sexo, 19 días después de haber terminado la relación más larga y, hasta ese momento, prometedora, de su vida : “Camilo es lo mismo que una pastilla para la gripa, en el momento en que me la tomo me siento mejor, pero pasa el efecto y la enfermedad continua”. Eso era precisamente este amante para ella: una droga que le propiciaba momentos de placer a término definido. Afortunadamente ella supo tomarlo como eso, su pastilla placebo, pues ya sabemos que es parte de la condición humana, en ambos sexos, el riesgo de involucrarse más de la cuenta cuando tenemos sexo con un desconocido.
Y poco a poco Camilo, el ibuprofeno (como lo bautizamos) fue surtiendo el efecto deseado en la paciente; eso sí, hubo días en que se necesitó más de una dosis, hasta que ya no fue necesario su prescripción, y mi amiga dejó la medicina que demandaba su duelo. Respiró con plenitud y empezó su nueva etapa. Si le hacen llenar una encuesta sobre la efectividad de la droga en su padecimiento podría rellenar todos los círculos con una carita feliz. ¡Funcionó!
El sexo está completamente relacionado con nuestro estado de ánimo y con el desarrollo de este. Me explico. En mi caso (no puedo generalizar pero si hablar desde la experiencia), cuando el existencialismo se apodera de mi mente, sea porque analizo mis 30 años de vida, porque cambio de trabajo, porque mi mamá va al médico, o quizá porque pasa una mariposa volando sobre mi pelo, no me apetece tener sexo.
Mi cabeza está en otro lugar, mis pensamientos y mi concentración no me dan para enfocarme en alcanzar un orgasmo, lo acepto, lo asumo y prometo que no me dura más de una semana (por si acaso mi novio está leyendo esta columna).
En cambio si nos vamos de vacaciones, si el apartamento que conseguimos en las playas del Caribe tiene balcón con vista al mar, si lo único que uso en ocho días es un bikini y un pareo pueden tener la plena seguridad de que sentiré ganas de hacerlo todos los días a toda hora. Comprobado. La sensación de estar en el mar, con la persona que amas, haciendo lo que te place, desconectándote del celular, del e-mail, ste llevará directamente a un sexo tranquilo, consciente y, sobre todo, estimulante, que va a interferir determinantemente en tu estado de ánimo.
Eso sí, cada quien liga el sexo con emociones muy distintas.
Confieso que posterior a la pérdida de un ser querido he tenido sentimientos encontrados durante la etapa del duelo. En cierta ocasión sentía culpa de expresar deseo sexual mientras lidiaba con el dolor de una pérdida. Hasta que logré separar una cosa de la otra y unirlas para que jugaran a mi favor. El sexo también sana, todo lo que suscita el encuentro de dos cuerpos desnudos en un espacio, los besos, las caricias, la respiración del otro tan cerca de la tuya, y el abrazo final de un encuentro donde priman el cariño (pues no en todos los casos es amor) y el deseo no puede desencadenar en otra cosa que gozo y esto es precisamente lo que muchos necesitamos en momentos difíciles.
Todo depende
1. Es clave en una relación identificar el tipo de conexiones emocionales que le otorga nuestra pareja al sexo, así podremos entender más fácilmente por qué en ocasiones dice sí o no, sin relacionarlo directamente con nosotros.
2. Es clave en una relación identificar el tipo de conexiones emocionales que le otorga nuestra pareja al sexo, así podremos entender más fácilmente por qué en ocasiones dice sí o no, sin relacionarlo directamente con nosotros.
3. El estudio Archives of Sexual Behavior, de la universidad de Missouri, reveló que recurrir al sexo ocasional es una de las “armas” más usadas tras una ruptura amorosa, ya sea que se utilice para superar el dolor o, en ocasiones, o para vengarse silenciosamente de la antigua pareja.
fuente; http://www.cromos.com.co/estilo-de-vida/el-sexo-determina-nuestro-estado-de-animo-22923