NADA MÁS ABURRIDO QUE UN POLVO SILENCIOSO…

“Para las mujeres el mejor afrodisíaco son las palabras, el punto g está en los oídos, el que busque más abajo está perdiendo el tiempo”

Esta famosa frase de Isabel Allende nos recuerda la importancia del lenguaje en el sexo.

Y no solo para ellas, por supuesto, a los hombres también les vuelve locos que nosotras dominemos esa verborrea sexual.

Por todos es sabido que las palabras justas en el momento preciso, son clave para ponernos a cien y necesarias para disfrutar más. Porque no hay nada más aburrido y anti morbo total que un polvo silencioso. (A no ser que sea así porque estéis en un lugar comprometido y no deban escucharos claro, que eso también tiene su puntillo…)

Pero si es una sesión de sexo donde no tenéis que esconderos de nada, donde podéis hablar y gemir con total normalidad, entonces, hay que apostar por la comunicación verbal.

Al igual que las caricias, los besos, los tocamientos, el sexo oral o la penetración, las palabras subidas de tono ayudan a complementar el placer sexual y estimulan la transmisión de dopamina, la hormona de la lujuria, el amor y la satisfacción.

Gemirle a tu amante en el oído, que escuche tu respiración entrecortada y que vea como te retuerces de placer, suele ser suficiente para que disfrute y se deshaga, pero si a eso le sumas un poco de excitación verbal, por norma, todo suele mejorar.

Eso si hay que tener en cuenta qué, cómo y cuándo decirlo.

Si a tu pareja le va más el rollito amoroso y romántico, no te pases diciendo alguna salvajada que pueda estropear el momento y acabe en una discusión, hay que conocerse un poco y ver hasta donde se puede llegar o hasta donde tu pareja está dispuesta a aceptar.

Hay que tener claro que lo que sucede “entre las sabanas” se queda “entre las sabanas”, si sabemos diferenciar esto no suele haber problemas.

Y la cuestión no es estar hablando todo el rato, faltaría más, porque cuando toca sexo oral la boca está en otros menesteres ¿no? Jajaja… La cuestión es ser capaz de tener una comunicación más allá de los gemidos, es ser capaz de explicar cómo te gusta tanto eso que te hace en ese momento, es decirle a tu pareja que es muy buen amante, es contarle las fantasías que se te ocurren, decirle groserías porque sabes que eso le pone etc.

Si como bien decía antes tú y tu pareja os conocéis bien, tenéis confianza y sexo de calidad, seguramente entenderéis que cuanto más sucio y obsceno es el lenguaje, más sube la temperatura del momento.

Aunque no hay que olvidar, como bien dice el psicólogo clínico y sexólogo Fernando Calero de la Pava, que debe existir un manual de las buenas maneras para ‘hablar sucio’ en la cama. En el primer lugar de la lista está no decir palabrotas hasta que no haya un alto nivel de confianza. De lo contrario, puede pasar que el “así perra” en menos de lo que dura un jadeo, termine transformándose en un “así no idiota”.

Y para que el manual sea completo no debemos olvidar otros factores importantísimos a la hora de hablar en el sexo:

· El tono que le damos a la frase es imprescindible. Ese “tonito” cachondo que ponemos cuando estamos inmersos en el placer no se debe pasar por alto. Un tono más sensual o duro, depende de las circunstancias del momento, acompañado de gemidos y susurros, son ideales para empezar bien. Si te da vergüenza o reparo siempre puedes practicar en el espejo algunas frases del estilo y ver que tal te suenan, además de revisar tus expresiones faciales. Si bien puede ser una ayuda para romper el hielo contigo mism@, yo creo que lo mejor es dejarse llevar y disfrutar del momento.

· Halaga a tu pareja. Cuéntale lo bien que te hace aquello o lo otro, dile que te lo/la vas a comer de un momento a otro, pídele más, pídele que no pare, pídele por esa boquita y hazle saber que domina la técnica. A todos nos gusta que nos digan lo que hacemos bien, siempre que sea cierto claro, nunca debemos halagar a nuestra pareja en el sexo si no va por el camino correcto, ya que esto se convierte en insatisfacción a corto plazo y la insatisfacción sexual no es buena compañera en las relaciones de pareja.

· Atrévete a contar tus fantasías. O cuéntale que tal día te masturbaste o donde lo hiciste, que quieres probar algo especial, que te gustaría incluir a alguien en el sexo (aunque luego no se lleve a cabo…), dile cosas que no se espere, toma las riendas en el “sexo oral”, así literalmente.

·Dile que vas a llegar. Si hay algo que te hace rozar el cielo es saber que llevas a tu pareja hacia el clímax, que se va a correr de gusto gracias a tus técnicas y desparpajo sexual. Escuchar de la boca de tu amante que está a punto de llegar al orgasmo, es música celestial para sus oídos, así que si estás a punto de llegar y tu conciencia lo permite, díselo, le encantará.

Que la cuestión en el sexo es implicar todos los sentidos para que este sea excelente y muy placentero, que hay que soltarse y dejar las vergüenzas y reparos a un lado. Que hay que probar, conocer nuestros límites, si es que los hay, y dejarse llevar. El sexo siempre es mejor sin normas, aunque eso también se consigue con la práctica, no lo olvidemos.

Así que ya sabéis a darle a lengua no solo para chupar… También para hablar, gemir, susurrar, gritar y estallar…

Que la lujuria os acompañe amig@s.

Fuente: http://elblogdeasexora.com

Fuente: https://www.mivaginamisreglas.com/single-post/2017/09/04/NADA-MÁS-ABURRIDO-QUE-UN                   -POLVO-SILENCIOSO…

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