Lo que nos gusta de las mujeres

¿Flacas y tetonas o carnudas y planas? Depende. Muchas veces alcanza con que sea una buena persona. Un amigo está casado con una mujer que parece sacada de una revista: mona, 1,75, buen cuerpo, buen culo, buenas tetas, pero él se muere en silencio por su primer amor: una vieja promedio de pelo negro que no le llega a los hombros y a la que le sobran 5 kilos y le faltan dos tallas de brasier.
El título de la columna es prometedor, porque insinúa que un hombre les va a decir a ustedes, mujeres, lo que buscamos. Pero cálmense, que aquí no hay respuestas, porque la verdad es que ni siquiera nosotros sabemos lo que queremos de una mujer.

Buscamos una réplica de nuestra madre, porque la madre es la primera mujer, la medida de todo, pero eso no es sano. Una de las grandes revelaciones en la vida de un hombre es entender que ninguna mujer puede ni quiere ser nuestra madre; ninguna se parece a ella, tampoco es su reemplazo. Por obvio que parezca, llegar a ese hallazgo es difícil, y al mismo tiempo es clave, porque buscar un fantasma en otras personas es devastador.

Pero esta es una columna de sexo, así que enfoquémonos. ¿Sexo anal? Sí, nos gusta, a veces quisiéramos que hubiera más, y en el menú va a encontrar desde el tipo que se lo pide en la primera cita hasta el que se aterra si usted se lo propone. Y entre un extremo y el otro, todo un abanico de posibilidades. Más bien, hágalo si a usted le causa placer.

¿Flacas y tetonas o carnudas y planas? Depende. Muchas veces alcanza con que sea una buena persona. Un amigo está casado con una mujer que parece sacada de una revista: mona, 1,75, buen cuerpo, buen culo, buenas tetas, pero él se muere en silencio por su primer amor: una vieja promedio de pelo negro que no le llega a los hombros y a la que le sobran 5 kilos y le faltan dos tallas de brasier. Luego conoce uno a la mamá, descubre que se parece más a su primera novia que a su esposa y lo entiende todo. Lo dicho, lo mejor que puede hacer un hombre es zafarse de la sombra de la madre.

Ser buen polvo es la otra. Es un concepto tan relativo como saber de fútbol, un término etéreo con miles de interpretaciones. No es darlo en la primera cita, ni chuparlo de primerazo, ni tragárselo, ni pedir que se lo echen en la cara, ni hacerlo en todas las posiciones, ni prestarse para tríos y orgías, ni tener sexo en lugares públicos, ni hacer videos caseros, aunque puede contener alguna o todas las variables arriba mencionadas. Tanta lujuria también termina cansando. Ser buen polvo es entregarse y exigir. Y lo poco o mucho que se haga hacerlo bien, a conciencia, con ganas, con hambre; como si el mundo se fuera a acabar.

Está el porno también. El porno nos jodió: es aburrido, es una mentira, una puesta en escena, y aun así es el espejo en el que se miran muchos hombres. Nadie en el mundo es capaz de tener sexo al ritmo de los actores de porno, pero muchos miran esas películas para saber qué tan buenos son en la cama. Nos gusta la idea de verlo en pareja, pero tampoco es indispensable. Sé que no estoy dando muchas luces sobre nuestros gustos, pero esa es la idea.

¿Ropa interior bonita? Depende también. Está el que se muere por la lencería elaborada: medias veladas, liguero, satín y encajes; pero la ropa de algodón, sencilla, casi de adolescente, tiene su encanto.

Los hombres no esperamos que ustedes paguen la cuenta en el restaurante, pero tampoco nos gustan las que no hacen ni el ademán de sacar la billetera. Una invitación cada tanto es un bonito detalle, así como un alivio para las finanzas. No queremos que nos mantengan, pero tampoco estar con unas mantenidas.

Ustedes no tienen que ver fútbol con nosotros, ni cocinarnos, ni hacer dieta, ni tomar a la par de nosotros, ni estar dispuestas a tener sexo cada vez que queramos, pero tampoco sobra que lo hagan. Las mujeres tienen fama de complejas, pero ya ven que nosotros tampoco es que seamos fáciles de leer. Eso de que somos descomplicados no es más que un invento de un mundo machista.

No existen manuales, por bien hechos que estén, capaces de revelar lo que de verdad pensamos y deseamos los hombres. Mi consejo, en el sexo y en todo lo demás, es que se dejen llevar por su instinto y que hagan lo que se les dé la gana, porque siempre va a haber un tipo al que le guste lo que hacen y otro que a la tercera cita va a salir corriendo, así sean las mejores mujeres del mundo. Además, a ustedes no les interesa lo que pensemos los hombres en general, sino lo que piense el hombre que les gusta… ¿ya encontraron el suyo?

Fuente: http://www.soho.co/entretenimiento/articulo/lo-que-a-los-hombres-les-gusta-de-las-mujeres                       /39452

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