No volverás a dormir como antes y los días de ver ‘pelis’ y comer helado serán cosa del pasado. Hicimos un sondeo con mamás que nos contaron la verdad a la que ellas se enfrentaron con su primer hijo.
Ya sabemos que la incursión en la vida laboral ha retrasado la edad en la que las mujeres han decidido ser madres. Sin embargo, alrededor de ello aún hay mitos, miedos y comentarios sociales, que poco a poco empiezan a cambiar.
Lo cierto es que salimos de la exclusividad del hogar y la familia, para enfrentarnos a un mundo laboral, pero, eso sí, sin dejar de lado nuestros sueños de maternidad. Por eso, ahora somos responsables de más labores diarias que muchas veces nos ponen a prueba.
Hicimos un sondeo con mujeres que nos revelaron la realidad a la que se enfrentaron cuando se hicieron mamás:
1. NUNCA más vuelves a dormir igual: desde los últimos días del embarazo y los primeros del bebé, las 10 horas de sueño que seguro tenías el fin de semana dejan de existir. Porque lloran, porque piden comida…porque quieren ir al parque.
2. Tienes no una, sino 4 generaciones en tus manos: un hijo no es solo él. Lo que le enseñes trascenderá a los hijos de él y así sucesivamente. Tu ejemplo y enseñanza le deparará su capacidad de relacionarse con los otros, de amar, de convertirse en un ser social.
3. Vivirás en una montaña rusa: no todo es angustia. Pero tampoco completa felicidad.
4. No importa lo mucho que leas, ser mamá es de práctica: no hay fórmulas, no hay lecturas que ayuden tanto como el instinto maternal. Habrá decisiones que tendrás que toman instantáneamente, y tanto tiempo de lectura, seguro no servirá.
5. Le lengua es el azote del c…: todo lo que dijiste que no harías como mamá, ¡lo harás!
6. Nunca volverás a tener un sábado para ti. (Bueno, quizás sí, pero en un par de décadas).
7. Valorarás más a tu mamá: ahí sí que le agradecerás el triple todo lo que ha hecho por ti.
8. ¿Ya lograste muchas metas laborales? Después de ser mamá, perderán mucho peso. Tus hijos son tu mayor logro personal. (Eso dicen las mamás). El resto, será una añadidura.
9. Físicamente cambiarás: y no hablamos solo de los senos caídos o las caderas anchas. Sino que quizás se llevan un pedazo de tu vitalidad…hay un peso ganado que quizás nunca más pierdas, la piel se mancha y el pelo se cae un poco más.
10. Pudiste pensar que ibas a ser la mejor mamá: pero llegarán momentos en los que creerás que no lo eres. O que al sacarte la placenta te metieron la culpa. Te pondrán a prueba tu paciencia y descubrirás que no tienes mucha. Y sentirás miedo: miedo a que le pase algo, miedo a fallar, miedo a que le hagan algo…
11. Ya no serás egoísta: espacios y momentos personales desaparecerán en gran medida. Por eso, ser mamá no es para todas. Llega un momento y una circunstancia para cada una. Esto no significa que te creas el cuento de ser la supermamá, porque puedes terminar con un diagnóstico de fatiga crónica.
12. Nunca te arrepentirás: a pesar de este largo listado, casi todas las mujeres te dirán que ser mamá es lo mejor que les ha pasado en la vida, porque sentirás el amor más genuino del mundo.