Dedos, manos, cabello y boca… cada parte del cuerpo resulta una herramienta muy útil para estimular la excitación
Nada mejor que el calor de las manos y el contacto con la piel para despertar agradables sensaciones en la pareja. Al menos eso es lo que recomiendan los sexólogos y confirma un estudio realizado por el Centro de Promoción de Salud Sexual de la Universidad de Indiana. Dicen los científicos que adelantaron la investigación entre 3.000 hombres y mujeres, que el masaje erótico tiene como objetivo estimular las terminaciones nerviosas de la zonas erógenas y así producir mayor placer, incrementar el vínculo entre la pareja y aliviar problemas sexuales.
“Al parecer, estos masajes incrementan las hormonas responsables de la excitación y hace que las parejas rompan las barreras de comunicación. En pocas palabras, mejoran la vida sexual”, explican científicos de la Universidad que participaron en el estudio. En esto coinciden la mayoría de expertos. Marina Sarmiento, sexóloga de la Universidad Nacional, explica que “este es un ejercicio sensual que puede llevar a un buen orgasmo y que demuestra que las caricias y los juegos son vitales en una relación sexual”.
Dice que está comprobado que con masajes se pueden combatir problemas como la eyaculación precoz, la pérdida del deseo y la anorgasmia. Sin embargo, insiste en que hay que aprender a brindarlos, pues no todas las personas disfrutan entregarse a las manos de otros y no todos saben tocar.
“Solemos tocar al otro como nos gustaría que lo hicieran con nosotros, pero la idea es darle al otro lo que le gusta. Comienza haciendo un proceso de exploración con tu pareja. Que se compenetren y con la confianza descubran que hay cosas que les pueden gustar”, explica Sarmiento.
En conclusión, el masaje promueve y renueva el deseo sexual, estimula, incrementa el trabajo de las hormonas sexuales responsables de la excitación y el orgasmo. Ayuda en la relajación física y emocional.
Las zonas más eróticas
Pecho
Entre el cuello y el vientre están localizadas las zonas más sensibles del cuerpo: alrededor de la clavícula, los laterales, en el vientre bajo. Por lo tanto, esta zona es muy receptiva a las caricias. Se utilizan movimientos circulares por toda la zona. La boca es clave en este masaje.
Cabeza
Las caricias estimulan el centro energético ubicado detrás de la frente. Las tensiones disminuyen y comienza una sensación de bienestar. Cómo hacerlo: con los dedos se hace un recorrido suave desde la nariz hasta el cuero cabelludo. Se debe variar la intensidad. No olvides las orejas, una zona muy sensible y muy erótica.
Brazos y pies
Albergan numerosas zonas erógenas, sobretodo dedos y antebrazos. Son una parte del cuerpo particularmente sensible. Con movimientos ascendentes tocar los brazos y en los pies, que están llenos de terminaciones nerviosas, enfócate en la palma. Nudillos y lengua, grandes herramientas.
Espalda
En esta zona es donde más se acumulan tensiones. Con movimientos envolventes, alternando las manos, usando los codos, el antebrazo, la boca y el cabello activarás la sensibilidad de tu pareja. Comienza deslizando las manos por toda la espalda hasta llegar a las nalgas. No olvidar pasar por las axilas y los hombros.
Guía para un buen masaje
Paula Kullock, autora del libro Sexo, ¡ponle ganas! recomienda algunas pautas:
– Luego de escoger el lugar, baja la intensidad a la luz y pon música sensual.
– Ubícate a su lado y de rodillas, a la altura de las caderas.
– Comienza del tobillo hacia arriba, con movimientos circulares.
– Con una mano, sube por la espalda y recórrela, luego déjala en la cintura y pasa a la cola. Sigue con la entrepierna. Usa todo tu cuerpo, tócale la espalda, las piernas, la cabeza… todo.
– Usa un aceite o un gel para continuar con el masaje, siempre rodeando la zona íntima.